Durante la presentación de un seminario de empleo y formación en la Embajada Británica en Madrid, Rodríguez ha asegurado que el actual modelo de formación «es bueno», pero también ha reconocido que, a lo largo del tiempo, han ido apareciendo una serie de elementos «disfuncionales».
«La intención del Ministerio de Trabajo no es cambiar el modelo de arriba a abajo, sino de conocer sus virtudes para potenciarlas y también sus defectos para intentar corregirlos desde la mesa de trabajo que hemos formado», ha señalado la secretaria de Estado.
El nuevo sistema de formación debe tener una gestión «más profesionalizada» para hacerlo «más intensivo», ha detallado Rodríguez, quien ha explicado que, aunque actualmente el Gobierno forma en torno a medio millón de desempleados al año y a cuatro millones de personas ocupadas, hay que buscar la forma de intensificar la acción formativa.
Además, el modelo debe tener «más calidad de formación» en dos ámbitos: en la planificación de las acciones formativas para que esté más pegada a las necesidades de trabajadores, empresas y sectores productivos, y en la evaluación de los impactos que genera en las personas que reciben los cursos, «para conocer su grado de inserción real en el mercado laboral».
«El gran reto es la recualificación de los trabajadores, porque de aquí a un tiempo el 85% de los puestos de empleo que se van a generar en España exigirán formación intermedia y superior», ha asegurado la secretaria de Estado, quien ha subrayado que ésta «es una acción de sentido común del Gobierno y no partidista».
COLABORACIÓN PRIVADA EN EL SERVICIO DE EMPLEO PÚBLICO
Otro de los puntos que ha tratado Mari Luz Rodríguez ha sido la apertura del servicio público de empleo al sector privado en materia de colocación y atención a las personas que se encuentran en una situación de desempleo, «algo por lo que mucha gente ha preguntado al Gobierno por qué lo hacía».
Según ha explicado la secretaria de Estado, con más de cuatro millones de parados, el Ejecutivo entendió que a la hora de ayudar a las personas desempleadas a encontrar trabajo «no sobra nadie», a pesar de que es «firme defensor» de fortalecer el servicio público.
Rodríguez ha indicado que ya hay 22 agencias privadas de colocación autorizadas para operar y que espera que tengan resultados «pronto» y que las consecuencias prácticas de haber abierto esa colaboración se traduzcan en que haya más personas que puedan encontrar un puesto de trabajo.
Por su parte, el secretario de Estado de Empleo británico, Chris Grayling, ha señalado que Reino Unido cuenta con un servicio público de empleo en el que colabora el sector privado, ya que, en su opinión, «éste puede ofrecer más ayuda a los que quieren volver a trabajar».
Grayling ha explicado que el Gobierno no pone las reglas a las organizaciones empresariales sobre cómo deben trabajar para ayudar a los parados de larga duración, por lo que sólo les pagan cuando tienen éxito, «es decir, cuando las personas consiguen contratos de más de seis meses».
Según el mandatario británico, el anterior sistema de los antiguos Gobiernos laboristas «no estaba funcionando» porque los programas los ejecutaba el Ejecutivo en solitario, «y esa no es la solución al problema del desempleo».