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Al Rey le toca «la Gorda» y se llama Cristina

El mismo día en que los españoles estamos pendientes de ver si, por fin, iniciamos una nueva vida, más holgada, más serena, más cubierta, al rey Felipe VI le cae el “gordo”: su hermana Cristina pasará por los juzgados en este 2015 que aún no ha empezado y ya debe de temer. Toda la tranquilidad económica que él no necesita que le solucione la lotería no va a valerle de mucho con la intranquilidad moral que conlleva la previsión judicial con que termina el año.

 

Eso le obliga, a mi entender, a enfrentar el asunto en el que será su primer discurso de navidad ante los españoles. El nuevo rey ha jugado estratégicamente sus bazas hasta ahora, ha parecido entender los problemas del “pueblo” (más que su señora, que viniendo del vulgo parece vivir de espaldas a la realidad) y ha intentado tomar tierra en sus seis meses de reinado. Pero no todos los retos son cómodos, ni salvables, ni te aseguran el éxito. Felipe no ha sido cobarde en exceso, o a mí no me lo ha parecido y hace mucho que confesé que soy republicana (al césar lo que es del césar). Pero ahora debe sentarse ante las cámaras de televisión y hablarle a los españoles. Puede hacer un resumen bastante “apañao” de su corta “carrera” como rey…pero debe enfrentarse a mirar hacia adelante, a hablar del futuro. Y el futuro viene teñido de negro. ¿Le hará frente al “marrón” o dejará uno de esos mensajes en los que uno “cree entender que ha dicho”?

 

Entiendo que la noticia que ha saltado hoy, esta mañana de lunes lotero, ya estaba en su conocimiento. Los rumores ya apuntaban a esa posibilidad y, al menos, a mí, la noticia me ha tranquilizado. Hubiera sido burdo que la justicia hubiera dejado fuera del juicio que se avecina (un año de estos, al paso que va) sobre el llamado caso Nóos a la infanta de España  por el mero hecho de serlo. Aunque haya intentado ir de tonta, de insistir que no estaba al cabo de la calle. Quizá esa jugada de ingresar en cuenta equivocada el dinero de su fianza era un intento más de incidir en sus limitaciones intelectuales. Pero no ha colado.

 

Por otro lado, ella no renuncia a sus derechos sucesorios y se agarra a su infantado como gato panza arriba. Quizá no le dé la gana de pagar por el hecho de que la han trincado. No por haber cometido infracción alguna, si no por haberse dejado “pillar”. Quizá mire a su alrededor y vea tantas jugadas como la suya en su realidad cotidiana. Pero ella ha caído. El hilo de otro asunto judicial que afectaba a Jaume Matas ha terminado en su casa. ¡Quién se lo iba a decir!. En otros tiempos, a saber si la cosa no hubiera pasado desapercibida. Pero vaya, tiempos convulsos en un país que camina por el precipicio también le han puesto a Cristina al borde de él.

 

Y quizá no renuncia pensando que “total para qué”. Sus posibilidades de reinar no es que sean escasas, es que son nulas. Nació mujer y segunda. Vamos, consciente de que no olía el trono ni por muchas circunstancias que se hubieran dado en sus años de vida. Así que decidió ser la reina de su casa. No llevaba mal camino. Presumía de un marido que no era guapo pero sí “pintón”, creó una bonita familia y se puso a vivir a todo lujo lejos de papá. Toda iba sobre ruedas. La ambición, sin embargo, a veces te hace olvidar los senderos de la ética. Y esos, los que no recordó en ciertos momentos, la van a llevar por el camino de la amargura, si no la están llevando ya. Espero que en la casa real se comieran las uvas anoche, porque el 31 se les van a atragantar.

 

María Díaz
Periodista
www.mariadiaz.eu 

 

 

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