Choreoscope tiene intención de convertirse en «el festival de cine de danza del Mediterráneo», confirmando Barcelona como punto estratégico para esta disciplina artística en España, e incentivándola con la voluntad de ser también un referente en Europa, ha explicado el director, Loránd János.
La segunda edición de la muestra cuenta con el apoyo del actor y director Paco León, como padrino del festival, y la bailarina y coreógrafa Lali Ayguadé, como embajadora; ambos han ayudado en la promoción del evento y su intención de democratizar el cine de danza y acercarse al público.
El hecho de que sea gratuito es, además de una intención de llegar al máximo público posible, la reivindicación de la cultura, «un sector menospreciado y abandonado por el gobierno, cuando tendría que haber sido el sector con más apoyo, en estos momentos en que la gente lo necesita más que nunca», en palabras de la organización.
El festival de cine pionero fue creado por el joven cineasta húngaro afincado en Barcelona Loránd János, con la finalidad de hacer una propuesta diferente a las muestras de videodanza existentes, llenando el vacío y el desconocimiento del público con proyectos del séptimo arte destinados al baile.
«Nosotros queremos dialogar con los espectadores, inspirarlos, motivarlos, pero también crear un diálogo entre el público y los artistas, y entre los mismos profesionales de la danza y el audiovisual», ha explicado János.
La organización del festival se ha mostrado sorprendida de recibir más apoyo de organizaciones internacionales que autóctonas; por ejemplo el Bureau du Québec, el Instituto Francés de Barcelona y la Dance Films Association de Nova York.
«Solo el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (Macba) y la escuela de cine Bande à Part de Barcelona creyeron en nosotros», ha lamentado János, que ha agradecido estos apoyos, y ha confiado en ganar más confianza de entidades del territorio.
