Dura poco la alegría en la casa del pobre. Y nunca mejor dicho. La semana pasada terminábamos la actualidad semanal con la alegría de saber que el Gobierno había recapacitado y estudiaría aumentar la ayuda de 420 euros a más parados sin prestación, no sólo los que hubieran finalizado la prestación el 1 de agosto.
Esta semana era la cita que Gobierno y sindicatos se habían marcado en el calendario para tratar este tema, pero ahora tendremos que esperar, al menos una semana más, para conocer el resultado de esta negociación. Y es que el Ejecutivo ha decidido retrasar su encuentro con UGT y Comisiones Obreras para, previsiblemente, convocarla la semana próxima.
Quizás en este retraso se esconden intenciones de pensar bien las cosas, para que no vuelva a suceder lo ocurrido con la medida anunciada hace apenas una semana, cuando fue criticada por parecer hecha con muchas prisas.
Una vez convocada la reunión, se debatirán unas mejores condiciones en los requisitos para optar a la ayuda, algo que, por lo pronto, ya nace con diferencias. El Gobierno cree que la fecha óptima en función del presupuesto sería aumentar la ayuda hasta los parados sin prestación desde el 1 de junio, y no desde el 1 de agosto como ahora. Los sindicatos, sin embargo, demandan una mayor amplitud temporal, que cubra a todos los parados sin prestación desde el 1 de enero.
¿Qué ocurrirá después de un hipotético acuerdo entre Gobierno y sindicatos? El decreto ley exige una convalidación parlamentaria, por lo que sus nuevas condiciones temporales deberán ser aprobadas por la mayoría de la representación parlamentaria, algo que, después de las críticas recibidas por el PSOE por parte de casi todos los grupos políticos por esta medida, parece muy complicado.
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