La patronal explica que la flexibilidad interna permite a las empresas ajustarse a las nuevas condiciones económicas, a través del reparto de las horas entre los trabajadores o de la reorganización de los recursos humanos en la empresa, herramienta que, si se fomentara, ayudaría a reducir, en su opinión, el coste social de la crisis, al tiempo que elevaría la productividad.
«La flexibilidad interna es crucial para evitar que la contratación temporal y los despidos sean los únicos recursos de las empresas en tiempos de crisis (flexibilidad externa)», alega la organización empresarial, que insiste en que la «excesiva rigidez» del marco laboral español dificulta la modificación de las condiciones laborales y, por ende, favorece los despidos.
Para respaldar sus argumentos, la CEOE se apoya en la encuesta sobre condiciones de trabajo realizada por Eurofound en la primera mitad de 2010 a partir de 44.000 entrevistas a trabajadores de la UE. Este trabajo revela que un tercio de los trabajadores de la UE-15 se vieron implicados en una reestructuración o reorganización sustancial en su centro de trabajo en los tres últimos años.
Según dicha encuesta, España es uno de los países donde menos se ha utilizado la flexibilidad interna en los últimos tres años. Los países que más han recurrido a esta herramienta han sido los escandinavos, con Finlandia, Suecia y Dinamarca a la cabeza, todos ellos con porcentajes cercanos al 50%.
Los países anglosajones, por su parte, superan levemente la media del 33%, mientras que los centroeuropeos se quedan cerca de ella. Por su parte, las empresas de los países del Sur de Europa son las que menos han usado la flexibilidad interna en los últimos tres años, caso de Portugal (30%), Grecia y España (25%) e Italia (24%).
La organización que preside Juan Rosell señala que la crisis del sector inmobiliario en España «ha obligado a reducir drásticamente el número de empleados de algunas empresas, sin margen para la reestructuración interna».
No obstante, la CEOE precisa que no parece ser éste el elemento principal que explica la baja utilización de la flexibilidad interna en España, pues en Irlanda, donde se ha producido una crisis similar, la tasa de reordenación laboral es elevada, próxima al 40%.
TAMBIÉN REDUCIRÍA LA DUALIDAD TEMPORAL-INDEFINIDO
La organización empresarial también argumenta que, según esta encuesta, sólo el 18% de los trabajadores españoles de más de 50 años ha participado en procesos de reestructuración o reorganización en los últimos tres años, «la tasa más baja de la UE-15».
A la luz de todos estos datos, la CEOE considera fundamental facilitar la utilización de la flexibilidad interna, porque ello no sólo permitiría una flexibilización de las condiciones laborales y de los convenios colectivos, sino que también contribuiría a reducir la dualidad del mercado laboral entre trabajadores indefinidos y temporales.
«En definitiva, debe primarse la adaptación interna frente a la extinción de la relación laboral, lo que permitiría conseguir un doble objetivo: la reducción del coste social en las etapas de dificultad económica y la consecución de un mayor crecimiento de la productividad», concluye el informe de la patronal.