Asimismo, subraya que «lo que es más importante» es que este contrato, que señala que «es la culminación exitosa de las intensas gestiones realizadas por el presidente de la Xunta de Galicia y la propia Navantia», representa «una continuidad de trabajo del astillero a través de un contrato civil». Al respecto, indica que complementa la actividad tradicional de construcción naval militar y respeta las restricciones impuestas por la Unión Europea en 2004.
La respuesta parlamentaria apunta que el contrato para el diseño y construcción de un buque de apoyo, con capacidad para 600 personas, sumado a la carga de trabajo actual de Navantia, significa una ocupación de la plantilla en el año 2013 «por encima del 70% y mantener el nivel de subcontratación por encima de 1.000 empleos, lo que permite a la industria auxiliar mantener buena parte de los empleos actuales».
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