No se trata de que en estas comunidades autónomas haya más trabajo sino que en las listas de parados, figuran trabajadores con más posibilidades de colocación, es decir, que no pertenecen a grupos como el de las mujeres, los inmigrantes, los trabajadores de mayor edad, los que tienen menor nivel de estudios, los demandantes de más antigüedad y los perceptores de prestaciones, especialmente los que cobran ayudas asistenciales, subsidios para mayores de 52 años y la Renta Activa de Inserción (RAI).
Cuanto más amplio es el ámbito territorial de búsqueda de empleo, más probabilidades hay de encontrar un puesto de trabajo. Así, el ámbito geográfico de búsqueda y la antigüedad de la demanda son factores fundamentales para determinar la ocupabilidad de los desempleados.
De esta forma, Navarra sigue presentando el porcentaje más alto de desempleados que tienen una alta ocupabilidad. En esta región, algo más de cuatro de cada diez parados (42,35 por ciento) es altamente ocupable, es decir, que tiene más posibilidades estadísticas de salir del desempleo. Le sigue de cerca Madrid, con un 39,4 por ciento.
En País Vasco, Cantabria, Comunidad Valenciana y Asturias uno de cada tres desempleados tienen más probabilidades de abandonar las listas del Instituto Nacional de Empleo (Inem). En Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha y Melilla la ocupabilidad es alta para aproximadamente uno de cada cuatro parados.
En el resto de comunidades, el porcentaje de parados altamente ocupables ni siquiera alcanza el 20 por ciento. Las cifras más bajas corresponden a Ceuta, Aragón, Cataluña, Murcia y La Rioja, donde apenas uno de cada diez parados tienen muchas posibilidades de salir del desempleo.
Y es que, a nivel nacional, sólo uno de cada cuatro parados registrados en el Inem tiene una probabilidad alta de salir del desempleo. Así, más de 1,4 millones de personas, el equivalente al 39,5 por ciento de los más de 3,6 millones de desempleados que estaban registrados en el Inem a finales de agosto, tenían pocas o muy pocas probabilidades estadísticas de encontrar un empleo.
La pregunta lógica es ¿qué se hace para incrementar las posibilidades de este millón y medio casi de personas con pocas posibilidades de encontrar un empleo?