Según ha explicado el coordinador de Cruz Roja en Catalunya, Enric Morist, estas ayudas directas a familias sin recursos se han impulsado «de forma urgente», ya que cada vez son más los niños que necesitan becas.
Ha recordado que para muchos alumnos, la comida escolar supone «la única garantía de una dieta equilibrada», ya que la crisis impide a los padres garantizar el consumo habitual de carne, frutas y verduras.
La iniciativa se ha hecho necesaria después de que en los cuatro primeros meses de 2012, ambas entidades hayan tenido que destinar ayudas humanitarias por valor de 10.000 euros –un 20% más que en el mismo periodo del año anterior– en becas comedor, una cifra que se prevé «muchísimo mayor» a partir de septiembre, cuando se inicie el próximo curso escolar.
La consellera de Enseñanza de la Generalitat, Irene Rigau, ha explicado en respuesta parlamentaria que durante el mes de mayo se transfirió el 30% del importe total para el curso 2011-2012 a los consejos comarcales, encargados de distribuir las becas comedor, admitiendo retrasos de dos meses.
Rigau anunció en junio «aportaciones complementarias para becas comedor» para escuelas con dificultades, muchas de ellas sin recursos antes de finalizar el curso.
Los recortes en las becas comedor han llevado a algunos consejos comarcales a la asfixia financiera, poniendo en peligro la continuidad de muchos alumnos en el circuito de comidas escolares, algo que Cruz Roja y Cáritas quieren paliar.
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