Se me debe estar agriando el carácter o algo parecido porque últimamente estoy muy, pero que muy crítica con el mundo. Pensé incluso, por aquello de reconciliarme con la vida, en hacerme el camino de Santiago. Sobre todo desde que ví que llaman “peregrinar” a ir en avión hasta Santiago y en circular a posteriori en una cabina telefónica con ruedas. Hay que reconocer que el Vaticano le ha dado un sentido nuevo a eso de la “telefonía móvil”.
Para colmo de males, topo en la televisión con un programa que primero me asusta y después me invita a pensar que es pornografía pura: millonarios enseñando sus mansiones sin pudor alguno. Menos mal que un amigo que está en esto me hace saber que el 90 por ciento de estos tipos llamados a presumir de lo que les sobra cuando los demás no sabemos cómo llegar a mitad de mes lo que necesitan es vender la casa. Mira, me tranquiliza. Y eso, que me molesta que recurran a la soberbia por aquello de no reconocer dónde les duele. Así no va a haber manera alguna de curarles. Y eso que no se cortan ni a la hora de exhibir al servicio, que se ve obligado a loar a sus “señoritos” ante miles de españoles no sea que se vayan a engrosar la cola del paro. ¡A la cola del paro que no vengan, que ya somos muchos y no está el “horno para bollos”!. Se me ocurre a mí que podían venir los del programita de marras a mi barrio, ahí dónde los pisos no pasan de los 5 metros de eslora, a grabar algún reportaje. Lo que nos íbamos a reír. Aunque me parece que ya hay uno de ese pelaje, que se llama “Callejeros”… Y es que a la programación televisiva de ahora le falta humor y le sobran pretensiones.
Y es que a mí el paro me ha dejado mal cuerpo y bastantes malas pulgas. Ya ven, en cuatro líneas le he “metido” al Papa, al camino de Santiago, a los vuelos charters (que digo yo que el jefe de la curia mirará el euro ¿no?), a los canales del TDT y hasta a esos ricos que presumen de lo que no tienen por la vida. ¡Ah! ¡La vida! A mí es que se me ha puesto algo cara y muy cuesta arriba….
María Diaz
Periodista
www.mariadiaz.eu