Desde siempre he dicho que este Papa me parecía un bluff y que no me lo creía. Decir, dice cosas que parece que le humanizan pero, luego, apenas hace nada. He tenido la sensación, desde que fue nombrado, que expresa en voz alta pensamientos que no tiene pero que pronuncia orgulloso porque sabe que es lo que la gente quiere oír. No es la solución. O a mí no me lo parece.
Pero esta semana ha tenido la oportunidad de dibujarse, de que “se le viera el plumero”. A costa de los crímenes acaecidos en París ya ha lanzado ese mensaje que hasta ahora se había prohibido hacer público: “no se puede reír de la fe”, espetó. No estoy de acuerdo. ¿Quién ha dicho que la religión no es susceptible de pasar por el tamiz del humor?. Lo escribí el otro día y lo sigo sosteniendo: todo aquello que anula el sentido crítico del ser humano no es bueno. Y la religión pretende dejarnos a todos sin ese sentido. Hasta este Papa que ha querido ir de moderno, para mí sin serlo, lo ha dejado claro.
¿Quién dice que no se pueden hacer bromas con la religión? ¿Dónde lo pone? El humor es un resorte muy vinculado a la inteligencia que permite poner luz sobre asuntos peliagudos. En este país, el 24 de febrero de 1981 ya había bromas sobre el 23-f y el tema era de aúpa. Pero es lo que tenemos las personas, la capacidad de hincarle el diente a un tema y demostrarnos a nosotros mismos que todo es relativo. La lucidez misma suele entrar por el humor. Pero a los entregados a una fe, la que sea, el humor no les gusta. Se puede tocar todo, menos sus creencias. ¿Por qué?
Recuerdo las viñetas en El Jueves de JL Martín que protagonizaba un dios que no se aburría nunca. Y a un tipo de una inteligencia proverbial llamado “El Perich” que se atrevió a publicar un libro, “Por el “Camino” hacia dios”, que le daba la vuelta al manual del Opus, intocable en este país, cargado de poder …y de otras cosas. Genial siempre, con una visión del mundo que iba más allá. Suya es la frase “la religión sirve para ayudarnos a resolver una serie de problemas que no tendríamos si no existiera la religión”. Muy Woody Allen. O muy Groucho Marx. Pero muy real,cargada de razón.
Cuando Francisco I parece salir a defender la fe de otros lo que hace es enviar un mensaje sobre la imposibilidad de tocar la suya. Así se están quedando los fieles, en el camino. Porque la fe parece enemistada con la razón. Ahí está la historia. Ahí están Galileo, la Inquisición y tantos personajes y acontecimientos que muchos esperan que se disuelvan en nuestra memoria.
Otra frase magnífica de El Perich: “un hombre sin religión es como un pez sin bicicleta”. No quiero decir con esto que quien tenga unas creencias no deba de sostenerlas. Lo que creo es que tiene que razonarlas. En mi entorno, con los entregados a la fe no se puede establecer un diálogo. El “porque sí” y “porque no” son los argumentos básicos cuando el tema trata sobre la religión. Y así no se avanza nada. Admiro a quienes defienden su fe y admiro más a los que supieron ponerse a pensar sobre ella, llegaran a la conclusión que llegaran. Y aún más admiro a la gente con sentido del humor e inteligente, que lee entre líneas, percibe el trasfondo y no se deja engañar. Así que, con permiso del Papa, voy a seguir tomándome a chufla los temas que considere mientras otros se toman a chufla que algunos hayamos aparcado el padrenuestro y los 10 mandamientos en algún cajón de algún mueble de casa. Porque como decía también “El Perich “a la hora de predicar con el ejemplo es aconsejable predicar algo que nos guste”. O no puedo cerrar este blog sin citar otra de sus grandes frases, que viene al hilo: “Fe es creer lo que no vemos. O sea, que es posible que existan los derechos humanos”. ¡Y pensar que lleva 20 años muerto!
María Díaz Periodista www.mariadiaz.eu