Oigo desde anoche, incluso desde antes, que Artur Mas ha fallado en su proyecto soberanista y, créanme, que yo no lo tengo tan claro. Obviamente, perder 12 escaños gracias a un órdago con falsete no es para felicitarse. Pero lo cierto, es que en Cataluña las fuerzas que apuestan por la independencia, sumadas voluntades, no han salido tan mal paradas. Y Mas ha conseguido algo que nadie parece valorar: sembrar intenciones. A partir de ahora, sus conciudadanos empiezan a pensar en otros tonos sobre sus posibilidades, especialmente la gente joven, porque se ha atrevido a hincarle el diente a un tema que parecía tabú, que aparentaba estar dormido. A él le han negado el pan, pero el menú ha comenzado a cocinarse. Por eso no entiendo que no se permitiera hace tanto llevar a cabo un referéndum en Cataluña planteando la separación, conscientes como creo que deberían ser nuestros políticos de que la respuesta hubiera satisfecho más a los centralistas que a los soberanistas. Así que dos cosas buenas han traído estos comicios del 25 –N, a mi entender, un gobierno sin mayoría absoluta (que detesto, la experiencia está ahí) y el germen de tiempos nuevos que , espero, no terminen con la convivencia ciudadana. Muchos lo negarán, pero el gobierno socialista vasco, ya en tiempos de descuento, ha sido estupendo para Euskadi porque ha templado caracteres. Y eso, ahí queda. Y el que no lo quiera ver, lo verá. Lo han pagado los socialistas, que no levantan cabeza mientras van apañando su deriva, pero cosas buenas quedan. A ver si se ponen las pilas que el socialismo de salón no tiene sentido. Y sus votantes no se lo perdonan.
Otro que sabe torear por delante es Risto Mejide. En un zapping dominguero le he visto “regañando” a una cantante gordita que aparecía en el escenario del programa en el que él participa como juez. Le ha leído la cartilla antes de escucharla, poniendo en solfa su imagen y ha conseguido lo que estoy convencido pretendía desde el principio: poner al público del lado de la concursante. La antesala te hacía señalarle con el dedo, pero lo que hacía era adelantarse a comentarios crueles para obligar a los espectadores a mirar a la cantante desde otro sitio. Y lo consiguió. También hay que reconocer que la señorita cantaba de aupa y que tenía las ideas muy claras.
Así que reconozcamos que el que siembra, más tarde o más temprano recoge; que hay villanos de ahora que tienen algo de héroes y que los tiempos cambian que es una barbaridad. Tres frases hechas que van tomando sentido según qué días. Y héroes- héroes, 2 a mi gusto: Fernando Alonso, que sin maquina ni ná ayer fue durante un rato campeón de lo suyo (pero es que este alemán es un trueno) y el Atlético de Madrid, que lleva un tiempo trabajando seriamente y, estoy convencida y que me perdonen los madridistas, el domingo la va a armar en el derby. Insisto: ni malos ni bueno, si no todo lo contrario. Que todas las monedas tienen dos caras.
Maria Díaz Periodista www.mariadiaz.eu
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