Estoy indignada, no es para menos, ya ha pasado más de un año y mis condiciones han empeorado. Cuando empezaron los primeros síntomas pensé que esto era pasajero, que se solucionaría rápidamente.
No podía sucederme a mí, yo estaba preparada, me había pasado la mayor parte de mi tiempo libre aprendiendo. El resto del tiempo adquiriendo práctica. Mi salud era buena, mi aspecto físico, no es que fuera una belleza pero sí era agradable de ver, como se suele decir. Siempre procuraba tener una sonrisa en los labios y una palabra amable para quien se dirigiera a mí de forma correcta.
Cuando llamo a alguna puerta buscando una ocupación, sin explicación alguna me descartan como apestada y no puedo hacer nada para evitarlo.
Ahora, cuando me estoy dando cuenta de que mi “enfermedad” avanza de manera inexorable me he decidido a buscar ayuda. No hay ninguna ONG que nos proteja, ninguna asociación que nos eche una mano. Cuando mis ahorros desaparezcan totalmente tendré que echar mano de la caridad de mi familia porque no hay subvenciones para los que padecemos de este mal.
Lo peor del asunto es que no tengo cura, ni siquiera puedo paliar el avance de la enfermedad.
Soy una mujer buscando trabajo desde hace más de un año. Tengo experiencia y mucha preparación en administración de empresas, pero, estoy apestada y ni siquiera estiman mi candidatura. Mi peste se llama….TENER MÁS DE 40 AÑOS.
Compadézcanme, no tiene cura.