Samanta Villar ha vivido 21 días la vida de una parada. ¿Cómo lo has vivido?
Pues la verdad es que ha sido una situación muy difícil. De pronto darte cuenta que se limitan todas las posibilidades, no tener trabajo, no tener ingresos… porque ingresar el paro mejora tu nivel de vida, pero hay gente que tiene dificultades incluso para cobrarlo… Es un cambio radical en la vida de cualquiera. Hemos hecho esa vivencia de 21 días dentro de una familia, conviviendo con ellos y viendo cómo uno tiene que buscarse la vida, qué cosas hace para salir adelante y cómo uno se adapta a esa nueva situación.
Qué es lo que más te ha llamado la atención de esa convivencia con la familia?
Un día hablando con el padre de familia, Andrés, yo le preguntaba si estaba preocupado, angustiado. Me dijo: «Yo antes tenía mucho más pelo, en seis meses he perdido mucho por el estres que me está provocando esta situación, pero ha llegado un momento en el que no me voy a preocupar, porque sino me quedo sin vida». Llega un momento en que la angustia es tal que debes inmunizarte porque sino no vives. Te tienes que adaptar y pensar que si esto es lo que te ha tocado vivir pues adelante, porque si te deprimes es peor. Es otra de las experiencias que hemos encontrado, gente que piscológicamente está destrozada, con una sensación de inutilidad que no es real, pero es fácil caer en esa trampa, pensar que no sirves para nada porque nadie te da trabajo.
Alguno de nuestros lectores nos decía que después de tu experiencia de 21 días tú volverás a tu vida normal, ¿Qué ha quedado de esa experiencia?
Lo que queda es el aprendizaje, el vivir desde dentro, darse cuenta de cómo se viven esas situaciones. La clave de «21 días» es que no solamente explicamos la situación sino también la emoción que eso provoca. A mí me queda una sensación de aprovechar el tiempo que tenemos. Voy a aprovechar que ahora tengo trabajo porque me puede pasar a mi, le puede pasar a cualquiera. Me queda el aprendizaje de si algún día me quedo sin trabajo qué cosas debería yo pensar, la calma que necesito encontrar para tirar adelante el tiempo en el que no puedas trabajar.
Incluso establecer unas pautas para no caer en el derrotismo, o en los problemas psicológicos que acompañan al paro.
Totalmente, incluso, aunque parezca paradójico, intentar abrirte más, salir, estar en contacto con gente. No es salir de copas, es bajarte a la biblioteca a leer la prensa, hacer deporte, que es gratis, un tipo de actividades que te ayuden a ocupar el tiempo y te ayuden a mantener relaciones sociales porque por ahí también puedes encontrar trabajo. Cuando peor lo estés pasando tienes que hacer un esfuerzo para abrirte más y seguir enviando currículums.
¿Te habrás dado cuenta que la sociedad a veces no es sensible con el parado?
Yo creo que se está dando el fenómeno de estigmatizar al parado, de culpabilizar a la víctima. Es una situación que puede alterar la vida cotidiana de la persona y también de su familia, el estado anímico… y cada uno reacciona a su manera. Hay gente que lo soportará más y otra que se alejará porque le incomoda la situación. Es un cambio radical, van a cambiar ciertas cosas pero se puede salir adelante. Y si se necesita la ayuda de los psicólogos pues adelante. Son etapas de la vida, hay que asumirlo como una etapa más.
Ya lo sabéis, el próximo viernes, 25 de septiembre, a las 23:15, tenemos una cita con Samanta Villar y su «21 Días» en Cuatro.
Puedes escuchar la entrevista a continuación:
Puedes opinar también sobre si es cierto o no que la sociedad está estigmatizando a los parados en nuestro foro y nuestra encuesta de la semana.