Los datos son, según la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), escalofriantes. La entrada en vigor del copago farmacéutico hace casi dos años ha hecho que el 25,9% de los desempleados y el 20,3% de los pensionistas hayan dejado de comprar los medicamentos prescritos por el médico.
Los datos corresponden a una encuesta de FADSP elaborada en centros de salud y hospitales de Madrid, si bien, asegura su portavoz, son extrapolables al resto de comunidades autónomas salvo al País Vasco donde se aplica un modelo distinto.
La encuesta, realizada entre el 10 de mayo y el 10 de junio entre 1.107 usuarios de servicios sanitarios, desvela que el 14,76% de las personas que consumían medicamentos ha dejado de hacerlo por motivos económicos. Estas personas pertenecen al grupo de ingresos de 295 euros mensuales per cápita. Este dato pone en evidencia que el copago no está afectando sólo a los pensionistas sino también a otros colectivos como los desempleados y que tendrá efecto sobre la salud a largo plazo.
El portavoz de FADSP a calificado a los dirigentes de Sanidad como irresponsables sanitarios porque más allá de preocuparse por el ahorro económico, debieran haber comprobado las consecuencias del descenso en las recetas retiradas de las farmacias.
Según el estudio de la Federación, un 10,82% de los ciudadanos consume algún medicamento y paga una media de 10,41 euros mensuales por ellos. (11,18 euros los activos, 8,51 euros los parados y 10,19 euros de los pensionistas).




