Así se desprende de una entrevista que ha concedido Laszlo Bock, vicepresidente de recursos humanos de la empresa, al periódico The New York Times en la que considera una pérdida de tiempo introducir algunas preguntas en las entrevistas de trabajo del estilo «¿Cuántas pelotas de golf caben en un avión? ¿Cuántas estaciones de servicio hay en Manhattan?». Dice que sólo sirven para que el entrevistador se sienta más listo.
Bock añade que «lo que funciona bien son las entrevistas conductuales con preguntas como ‘deme un ejemplo de un momento en el que usted haya resuelto un problema analíticamente difícil’ (…) Así se obtienen dos tipos de información: uno de ellos es ver cómo interactuaron en una situación real y el otro, la valiosa información ‘meta’ que se obtiene del candidato».
La información que se obtiene es más valiosa, asegura Bock, ya que puede conocerse la forma en la que interactúan en una situación real y además se obtienen datos adicionales sobre las consideraciones personales de cada candidato.
La contratación de empleados que no están graduados ha crecido en Google, explica el ejecutivo. “Tenemos equipos donde el 14% no ha ido nunca a la Universidad”, dice.
Podéis leer la entrevista completa aquí.