A mí esto del dopping me “pone” mucho. Me duele por un lado, porque una ha tendido siempre a pensar en la inocencia del ser humano a pesar de tanta mierda de guerras, de todas las miserias que trae la vida para algunos y de los informativos de ciertas cadenas televisivas. Pero, por otro, me parece de justicia separar el trigo de la paja; valorar al que lo suda y castigar al tahúr, al que no juega limpio, al que hace trampas. Pena, porque formamos parte de un país que puede presumir a día de hoy de estar en la vanguardia del deporte y estas manchas de ética no contribuyen a nuestra imagen. Pero siempre he pensado que las cosas deben saberse. Chispún. Y el que tenga que dar cuentas, que lo asuma…
Supongo que eso debieron pensar los hijos de Madoff cuando lo denunciaron por la estafa que tenía montada y muy bien montada. Duro ir a señalar con el dedo a tu progenitor para ponerlo de “chupa domine”. A ver quién es el guapo que prioriza la ética sobre la familia y se planta ante un juez para dejar a su padre, cuando menos, de “chorizo” integral. Ahora, el hijo mayor del ínclito ha aparecido muerto y todo apunta a un suicidio. Posiblemente, no tanto por haber acabado con un familiar querido en chirona y marcado para siempre, sino porque el tren de vida se le hubiera ido al garete y algunos no saben vivir de pobres.
Aunque hay pobrezas que para mí las quisiera yo. Todavía recuerdo a Ruíz Mateos llorando ante la expropiación de su imperio…cierto que el asunto olía a “fosfatina”, pero lo que más me caló era esa insistencia de que con aquel golpe lo colocaban en la ruina. Yo veía dónde y cómo vivía y no me alcanzaban las cuentas…¡Qué le vamos a hacer!!!!!
Para más i.n.r.i. me llega la noticia de que cierran CNN. Doble herida: cantidad de compañeros a la calle o a admitir contratos vergonzosos que convierten al trabajador en una máquina de producir barato; y un canal digno menos que poder conectar en estos televisores de hoy día que tienen mucha aparente oferta y poca televisión decente que poner a tu disposición. Siempre nos quedará la lectura. Y, si me pongo muy tierna, la posibilidad de darle un hueco a la ternura, que eso sí que es gratis.
María Díaz
Periodista
www.mariadiaz.eu