Para emitir una opinión madura, consistente, deberíamos conocer en detalle en qué consiste exactamente la propuesta de Fátima Báñez. No sería lo mismo si este tipo de trabajos supusieran la sustitución de trabajadores con salario por otros gratis o no tendría la misma repercusión si fueran unas pocas horas diarias o jornada completa. Son elementos que aún no se han explicado con claridad y serán determinantes para enjuiciar la medida con mayor profundidad.
De lo que sabemos hasta ahora, la iniciativa del Ministerio de Empleo se basa en la actual Ley General de la Seguridad Social que ya permite este tipo de trabajos para aquellas personas que están en situación de desempleo. Hasta ahora, ese artículo servía para impulsar alguno de los planes de empleo, municipales, provinciales o autonómicos de los que informamos en la sección de Iniciativa, pero suponían la contratación de los beneficiarios durante un tiempo y en general, se dirigían a personas que ya no cobraban la prestación o su situación económica no era demasiado buena.
A partir de ahora, si prosperan los planes del Ministerio, parece que se usarían desempleados con prestación sin retribuirlos ni contratarlos conforme marca la lógica.
Yo fui en su momento objetor de conciencia y ya sabéis que eso nos obligaba a realizar actividades para la comunidad durante un tiempo equivalente a la prestación del servicio militar, o algunos meses más, según las épocas. A mí me tocó colaborar con la Cruz Roja en actividades tan sencillas, como pasear con algún anciano, levantarle de la cama al sillón si no tenía movilidad, etc.
Mi experiencia fue muy gratificante, nunca tuve la sensación de estar realmente trabajando y te sentías útil para algunas personas que necesitaban ese pequeñísimo grano de arena que muchas veces no pueden cubrir los servicios de voluntariado de distintas entidades.
Si ahora se pretende hacer algo parecido con los desempleados, podría ser interesante participar en este tipo de acciones y nos permitiría cubrir una gran parte del horario que empleamos en dar vueltas a la cabeza sobre esta situación.
Sin embargo, mucho me temo que la intención de los gobiernos estatal y autonómicos es otro bien distinto. En un momento en el que no tienen dinero para mantener muchos servicios, se puede caer en la tentación de cubrirlos con trabajadores a los que ya el Estado les está pagando por la prestación. Si eso fuera así, sería un precedente muy peligroso porque reduciría drásticamente la oferta de empleo público temporal.
Cubrir las carencias de fondos con artimañas no es de recibo. Podemos hablar de la dignidad de las personas que se pondría en juego, tanto de los trabajadores de estos servicios que se devaluarían enormemente como de los desempleados que realizarían una labor sin contrato.
Además, me surge otra duda y es si los trabajos tendrán relación con nuestra experiencia laboral y formación o nos pueden encargar cualquier actividad. Tan malo sería lo uno como lo otro. Si tiene relación con nuestra experiencia porque deberían contratarnos y si no tiene nada que ver, ¿qué pintamos?
Estaremos atentos a todo lo que vayan contando de esta iniciativa porque, así de entrada, nos plantea muchas dudas y promete polémica, mucha polémica.
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