Se esperaba con mucha expectación la comparecencia hoy del Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso de los Diputados para explicar las líneas de actuación de la futura Ley de Economía Sostenible. Como es lógico, y dada la situación que vive nuestro país, gran parte del discurso ha estado centrada en la lucha contra el paro.
Por el momento, el jefe del Ejecutivo ha anunciado que a primeros del próximo año ya se va a convocar de nuevo la mesa del diálogo social, interrumpida el pasado mes de agosto, para abordar el espinoso asunto de la reforma del mercado laboral. Ya sabéis que todas las partes están de acuerdo en que es una medida necesaria en la actual situación pero cada uno pretende arrimar el ascua a su sardina. Es curioso cómo una misma frase tiene distintos significados si se pregunta a una organización u a otra.
Ya os hemos hablado en otras noticias de lo que pretenden reformar empresarios y sindicatos del mercado laboral, pero hoy Zapatero ha explicado la postura del gobierno. En concreto, ha afirmado que no será «el camino del gobierno» abaratar el despido. Por contra, se ha mostrado partidario de debatir aspectos como el sistema de negociación colectiva para mejorar la flexibilidad interna de las empresas y el fomento del uso de la reducción de jornada como instrumento de ajuste temporal del empleo.
Abogó por revisar las bonificaciones a la contratación, orientando los recursos hacia políticas de empleo más eficientes y por reforzar los servicios públicos de empleo y la mejora de la intermediación laboral. También defendió la adopción de medidas para reducir la dualidad y la tasa de temporalidad del mercado laboral, así como para mejorar el control de los procesos de incapacidad y reducir la brecha salarial entre mujeres y hombres.
Y sobre otras cuestiones, Zapatero ha afirmado que el sector de la construcción seguirá teniendo un peso relevante en nuestra economía en el futuro en la generación de empleo, pero con las reformas necesarias para que no vuelva a ser un elemento «desequilibrante».
El presidente propone que la normalización del mercado residencial pase por otorgar un mayor peso a las actividades de rehabilitación y alquiler para que no vuelva a repetirse el «crecimiento desequilibrado» experimentado en la última década. Dicho crecimiento, subrayó, ha sido el responsable de un endeudamiento de familias y empresas superior al 30% del PIB, en tanto que el posterior desplome del sector ha originado la mitad de la pérdida de empleo en los últimos 18 meses.
No ha sido tan optimista el jefe de la oposición, Mariano Rajoy que ha acusado al presidente del Gobierno de acudir al Congreso con una propuesta para cambiar el modelo económico que es una «fuga hacia delante para olvidar los males del presente».
Rajoy centró sus argumento en el «drama del paro» en España, que confirma con «toda su crudeza» las auténtica realidad de la situación económica en nuestro país, que ha aumentado el número de parados en 2,6 millones de desempleados, multiplicando por 2,5 la cifra que había al inicio de la crisis. «No existe, en nuestro entorno económico, un caso ni remotamente parecido», señaló.
El líder del PP esgrimió un informe que muestra lo «poco de original» y lo mucho de relleno apresurado» que hay en el texto defendido en el Pleno por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien llegó acusa de tratar de «negar la realidad» con un «sexto» paquete de medidas para el que auguró, como todos los anteriores, unos «resultados deprimentes».
Estos serán cuatro millones y medio de parados, unas finanzas públicas «insostenibles», el hundimiento de la inversión y descenso del consumo de las familias. «Un éxito, señor Rodríguez Zapatero, un éxito», remachó.