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La OCDE critica la descoordinación de los servicios públicos de empleo españoles

El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, criticó que «no hay coordinación» entre el gobierno español, que es el que pone el dinero, y las comunidades autónomas que son las que luego gestionan los servicios del desempleo, durante la presentación a la prensa de su informe anual sobre el empleo.

El director del departamento de empleo en la organización, John Martin, fue más duro y más contundente en su carga contra el modelo de descentralización de esos servicios que «no ha funcionado para nada bien» pese a que «son un elemento clave» para la recuperación económica del país y para afrontar el problema del paro.

«Hay un problema muy difícil y muy delicado» en España porque esa ausencia de coordinación impide que el dinero que se gasta en ayudar a los parados a encontrar trabajo y en encarrilarlos en el mercado de trabajo se utilice de forma eficaz en los programas más efectivos, argumentó Martin.

Explicó que España, como Portugal o Irlanda, son países que pese a carecer ahora de margen fiscal para poner en marcha estímulos suplementarios para la actividad, de hecho cuentan con un nivel de gasto en políticas activas del mercado de trabajo, en torno al 1 % de su Producto Interior Bruto (PIB), superior a la media de la OCDE.

La cuestión es que «despilfarran una parte de ese dinero» entre otras causas por la ineficacia de sus servicios de empleo, añadió.

Por eso Martin insistió en que en España «hay que ir más lejos en algunos elementos» de las reformas de las políticas de empleo, aunque previamente -y como Gurría- alabó las que se llevaron a cabo en septiembre de 2010 y a finales del pasado invierno.

«Hay enormes reformas» que se están llevando a cabo con «mucho coraje político», destacó el secretario general refiriéndose a todas ellas, que a continuación admitió que sus efectos «toman tiempo».

Martin fue más preciso a la hora de explicar por qué no son visibles todavía los efectos de las reformas para combatir la dualidad del mercado laboral en España, que «siguen la línea de las recomendaciones de la OCDE» y «las aplaudimos».

Para ello se refirió al ejemplo de Alemania, donde las reformas adoptadas en 2005 comenzaron a tener consecuencias observables a partir de 2009: «pensamos que en España ocurrirá lo mismo».

Gurría también había puesto como modelo a Alemania, que está consiguiendo reducir el desempleo a niveles relativamente bajos gracias a la recuperación y a las pasadas reformas estructurales, pero también por una «cultura» de cooperación entre el gobierno, los sindicatos y la patronal.

El secretario general también comentó que en las cifras del paro en España -las más altas de la OCDE y dos veces y media superiores a la media con el 21,2 %- hay que tener en cuenta diversos elementos, incluida «en la forma de contabilizar» que no lo hacen «plenamente comparable» con las de otros países.

Se refirió al hecho de que pese a que durante una quincena de años antes de la crisis había estado creciendo 1,5 puntos por encima de la media europea, España tenía una tasa de paro del 9-10 % que era muy elevada.

Y también hizo hincapié en que el desempleo en España está afectando al colectivo de los inmigrantes de una forma más acusada que al conjunto de la población, y recordó que en los años de bonanza ese colectivo había contribuido mucho al crecimiento económico y al superávit de la Seguridad Social.

Según las estimaciones de la OCDE, para que España volviera a tasas de desempleo equivalentes a las de antes de la crisis, habría que crear más de 2,2 millones de nuevos puestos de trabajo.

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