Esta iniciativa, la segunda de estas características que desarrolla Lanbide desde que asumió las competencias en políticas activas de empleo, desarrollará 348 cursos en Bizkaia, 205 en Gipuzkoa y otros 86 en Álava. Por territorios, Bizkaia ofrecerá 5.534 plazas, habrá 3.070 en Gipuzkoa y 1.359 en Álava.
Para esta convocatoria, Lanbide ha consultado a agentes socioeconómicos de la comunidad autónoma vasca con el fin de conocer mejor cuáles son las ocupaciones con mayor salida en la actual coyuntura económica. “No queremos gastar en formación, sino invertir en formación. Esa diferencia es muy importante. Queremos construir un itinerario formativo para la persona desempleada que permita su activación en el mercado laboral”, explica Javier Ruiz.
Esta nueva campaña de cursos se ofrecerá en centros de formación homologados para impartir Formación Profesional para el empleo. La oferta comprende numerosas especialidades, desde el mantenimiento de instalaciones solares hasta la promoción turística pasando por el montaje de sistemas microinformáticos, la atención especializada a enfermos de Alzheimer o la atención sociosanitaria a personas en domicilio.
Certificados de profesionalidad
Y a diferencia de las anteriores convocatorias, esta promoción tutelada por el servicio vasco de empleo brinda la oportunidad de obtener los nuevos certificados de profesionalidad. Este documento, que posee carácter oficial y vigencia en toda España, valida una ocupación laboral concreta.
El certificado de profesionalidad se obtiene tras completar un programa de módulos. “Con este sistema, el alumno avanza en la consecución de una acreditación oficial. Apostamos por una formación coherente y completa, que sirva para activar a los participantes y responda a las necesidades de las empresas”, indica Ruiz.
“Esta fórmula cuenta con una ventaja añadida, si la persona tiene y demuestra una experiencia laboral en el ámbito en que será acreditada su profesionalidad, habrá partes de ese proceso formativo que no será necesario que realice”, concluye el viceconsejero de Planificación y Empleo. Por ejemplo, un oficial de albañilería que acumula años desempeñando su actividad aunque sin titulación alguna.