Ya sabemos que hay que ahorrar, que la culpa la tenemos los ciudadanos por haber sido unos derrochones del carajo y por habernos creído más ricos de lo que eramos verdaderamente. Eso es lo que nos transmiten continuamente para que el sentimiento de culpa nos invada y nos resignemos a cualquier medida castigadora que se justifica en que hemos sido “niños malos”.
Ahora tenemos que sufrir el castigo por nuestras veleidades, por haber querido tener una casa y un coche digno, por haber pensado que teníamos derecho a unas vacaciones en algún lugar del mundo. Todo eso se ha acabado. La subida del IVA nos deja un mensaje muy claro: sólo pueden vivir como ricos los que son ricos.
Y me preguntaréis que porqué digo esto. Muy sencillo. Sube el IVA de la cultura, de los coches, del material escolar y de otras tantas cosas. Pero no sube este impuesto en aquellos productos que resisten mejor a la crisis, los destinados a las clases pudientes.
Se puede subir el IVA de los vehículos pero no tocamos a los Ferrari porque los ricos tienen derecho a seguir disfrutando de su dinero. Ya sé que algunos dirán que esto no es una guerra entre ricos y pobres. Yo ignoro si es una batalla o no, sólo constato una realidad. Ni las joyas ni otros tantos productos de lujo se ven afectados por estas subidas.
He dicho mil veces que no soy economista pero creo tener sentido común. Y esa cualidad me indica que el consumo bajará, que el gobierno recaudará menos por el IVA, que habrá un mayor número de trabajos sin factura. E igualmente, sospecho que lo lógico hubiera subir el tributo a aquellos que les da igual pagar 1.000 euros más o 1.000 euros menos por una delicatessen.
Ya no hablamos ni siquiera de un impuesto a las grandes fortunas que impiden con el pretexto del temor a que se marche fuera el dinero, como si no se estuviese marchando ya. Hablamos de repartir un poco las cargas entre todos. Y aquí está claro quienes no reciben ningún palo recaudatorio.
Pero ya se sabe, los ricos han de seguir siendo ricos y vivir como tales. He leído incluso las declaraciones de un individuo que ha escrito un libro en el que afirma, como si tal cosa, que los ricos no deberían pagar impuestos, que sería mucho mejor que ellos mismos lo fueran repartiendo por voluntad propia entre la gente puesto que los gobiernos lo despilfarran.
Y claro, existen millonarios con una cierta conciencia social que reparten sus beneficios con asociaciones para luchar contra el hambre en el mundo o contra el SIDA. Pero si seguimos ese criterio, ¿quién financiaría las carreteras para que circulen sus flamantes Mercedes? ¿quién les sufragaría la subvención por llevar a sus hijos a colegios privados concertados? Y así un largo etcétera de dudas que me asaltan.
Una vez escribí en este mismo blog de forma irónica que en España, no existían ricos. Quizás sea esa otra de las razones por las que sería inútil subirles el IVA de sus productos o crear un impuesto para las grandes fortunas. Pero hoy me he levantado menos sarcástico y más enfadado, con lo cual debo simplemente reclamar un poquito de mayor justicia social. Y si de paso, podemos pedir que no nos mientan como trileros para justificar lo injustificable, empezaría a creer en quienes dicen que el año próximo no nos van a subir los impuestos.
Javier Peña Director Portalparados.es
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