El tema es delicado. Hablamos de gente que se queda en la calle a pasar sus noches y sus días y eso es algo que no le deseo a nadie. Familias enteras obligadas a abandonar lo más parecido a un hogar, si no lo era la culpa es del sentido de provisionalidad que conlleva vivir sabiendo que en algún momento alguien vendrá a sacarte de la protección de ese techo. No entiendo un estado que impide que todos tengamos una casa. No digo ni pequeña ni grande. Sencillamente, una casa. Unas paredes, un techo. Pero en ese sentido, no ha habido un gobierno que nos haya protegido. La crisis puede llevarnos a ajustarnos el cinturón pero no a obligarnos a vivir en una plaza, en un soportal o en una acera.
Porque si el estado quisiera, ésto no pasaría. Hay pisos vacíos para dar y tomar. Y hay pisos vacíos porque o no se han podido vender o se han desalojado. Intolerable. Lo primero es que deberían prohibirse los desahucios. Bastante nos han estafado los bancos como para que, encima, sean los grandes protegidos de este sistema. Y si no, a buscarnos amparo, que la misma Constitución obliga.
Viene todo al hilo del “pifostio” montado con la corrala Utopía. Creo que todo ha estado mal hecho. A cada paso. ¿No se podría haber evitado que esas familias se vieran en la calle? Se les protege y se les deja donde están, intente quien intente echarlos. Pero visto que por ahí no hubo acierto, ¿no se les puede buscar un sitio digno a todos? Y cuando digo a todos, digo a los de la corrala Utopía y al resto de ciudadanos que carecen de lo más mínimo para tirar en su día a día. Me sorprende la velocidad con la que la consejera al uso ha solucionado el problema de vivienda de estos vecinos que han sido capaces de hacer el suficiente ruido como para que todos miremos hacia ellos. Chapeau. Ante la injusticia, lo único que te queda es que te escuchen para que te apoyen.
Pero si esta mujer ha sido capaz de arreglar el problema tan rápidamente está claro que puede y sabe hacerlo. Entonces, ¿por qué tiene a tantos de sus convecinos buscando un hogar? ¿por qué ha dado prioridad a los más ruidosos? Que se ponga las pilas y apañe lo que sea, que se ve que tiene mano. Y ahí estoy con Susana Díaz: respetemos el orden o la necesidad. La jugada no ha sido fina.
Lo que lamento es que tengamos que enfrentar a unos “necesitados” con otros. Tú, sí; tú, no; tú, sí…Esto no es una rifa es una obligación. No se puede clasificar en categorías a los que están en la calle y hacer sentir a unos menos importantes que a otros. Y lo que lamento es que Susana Díaz no haya sido coherente con su golpe en la mesa (triste pero fundamental) y “donde dije digo digo Diego”. No es que una medida sea mejor que la otra, porque ambas son parciales. Pero es que, al menos, dio la sensación de que todo lleva un orden y eso tranquiliza al que está en un lista de espera sin perder la fe de que la dignidad va a tener un día de estos una puerta y alguna ventana.
Ahora todos tienen un enemigo al que atacar: ya sea una consejera o una presidenta de Andalucía. Mientras, algunos reclaman un lugar para vivir y ahora se han quedado relegado mientras los políticos apañan sus propias miserias, que, a lo que se ve, son las que les importan.
María Díaz Periodista www.mariadiaz.eu