Tiene que ser para provocar. No puedo creer que la debilidad intelectual de nuestros dirigentes alcance semejantes magnitudes. Me encontraba aún anestesiada por la propuesta del Presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, de que los parados pasen a llamarse “oferentes de empleo” (con todas sus derivadas semánticas, como estar en la cola o cobrar el subsidio del oferente, ) cuando el Presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, afirma, sin la menor mueca que denote que está hablando en clave de humor, que para salir de la crisis “hay que trabajar más y ganar menos” y que con la jornada de 40 horas semanales, que entre pitos y flautas se quedan en 38, no sacamos a España de la ruina.
Parece que menos ellos, todos tenemos la culpa de lo que está pasando. Los trabajadores, porque somos unos vagos que pretendemos jornadas de ocho horas diarias por un sueldo de mil euros sin darnos cuenta de que tenemos que detener este frenesí de ocio y despilfarro en el que vivimos si no queremos llevar el país a la ruina. Y los desempleados, porque no se preparan lo suficiente para conseguir pasar de la categoría de simples parados a la de dignos oferentes de empleo.
Creo que tanto el Presidente andaluz como el jefe de los empresarios llevan oculto un agitador social que quiere despertar nuestras conciencias adormecidas, esas que ni los sindicatos, ni los contratos basura, ni los empleos precarios, ni los millones de parados, ni las familias desahuciadas consiguen despertar. Es imposible que hablen en serio y que nosotros los merezcamos.
Marina Martínez-Vicens Periodistas