Los programas formativos se desarrollaron en mayo y noviembre de 2014 y, en la clausura del segundo, el director general de Incyde, Javier Collado, ha destacado la alta participación de mujeres, un 60 por ciento, y la oportunidad «para impulsar empresas en lo que empieza a ser un buen momento para ello».
Les ha animado también a seguir adelante con sus proyectos, pues «no es fácil» pero sí «imprescindible para crear riqueza y empleo», y les ha avanzado que, en la Unión Europea, a instancias de formadores y empresarios, «ya no se plantean sólo dar dinero para programas sino también destinar ayudas a fondo perdido, a los emprendedores».
Collado ha anunciado también a todos los participantes que volverá en breve para presentar la última propuesta del Incyde, que será una plataforma para que miles de pequeñas y medianas empresas «estén conectadas entre ellas dándose información y haciendo negocio». Partirá con 2.000 empresas, «pero se abrirá a las más de 80.000 que ya pasaron en algún momento por la fundación con programas como éste».
Por su parte, el presidente de la Diputación de Ourense, José Manuel Baltar, se ha dirigido también a los asistentes en calidad de presidente del Instituto Ourensano de Desarrollo (Inorde) para destacar que las jornadas formativas de mayo fueron las primeras impulsadas en España por el Incyde para crear y consolidar empresas en los sectores agroganadero y forestal. Las clausuradas este miércoles se centraron en el autoempleo.
«Crear y consolidar empresas ya no es sólo cuestión de capacidades, sino también de horas de trabajo y formación y así se hizo en esta sede», en alusión al centro empresarial transfronterizo de Barbadás, que acogió las jornadas y la clausura.
ELECTRÓNICA A MEDIDA
Las 320 horas de formación, distribuidas en ocho semanas, han rematado con la presentación de algunos de los proyectos ideados por los participantes, como el de Antonio Díaz, que es viticultor en Monterrei desde que decidió hacerse cargo de las tierras de su familia.
En su explicación, Díaz ha relatado que, además, se decidió a crear una empresa porque su perfil, especializado en reparación y diseño en el ámbito de la robótica, no se corresponde con posibilidades reales de empleo por cuenta ajena. «Así que decidí que para ocuparme de las viñas de mis padres, tendría que idear algo más relacionado con lo que sé para llegar a unos ingresos dignos», justificó.
La denominación escogida por Díaz para su empresa es 4TK y se dirige a profesionales de sistemas de control y de información, a los que el emprendedor destina sus diseños y proyectos, tanto en elementos como en sistemas completos «algo que tiene muy poca competencia en Ourense, y sólo un competidor en la comarca de Monterrei», detalló.
«Compaginaré viticultura y electrónica, pues ya tengo hecha la inversión necesaria en equipos y laboratorios propios, además de proyectos listos para sacar al mercado», y eso, según Díaz, no será complicado ahora que la comunicación es muy rápida a distancia.