La propuesta, al parecer, se va a poner encima de la mesa de la próxima Cumbe Europea en la que se va a acordar un Plan de Competitividad que según Merkel, es fundamental para asegurar el futuro de la Eurozona.
«Lo que es más difícil es cuando uno dice, y esto pasa en algunos países, que los salarios suben con la inflación», criticó Merkel en una entrevista concedida a RTVE en visperas de la cumbre España-Alemania que tendrá lugar este jueves en Madrid. «No, los salarios pueden subir cuando se han conseguido beneficios», afirmó la canciller germana, quien, sin embargo, aclaró que «no pretende inmiscuirse en la política salarial de España».
La reacción no ha tardado en producirse. El ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, ha defendido ligar los incrementos salariales a la previsión de IPC, al asegurar que este modelo «no ha tenido una mala experiencia» y también sirve para «recuperar» pérdidas empresariales, como ocurrió en 2010.
«Tuvimos un mal año en 2009, con desplome de precios y salarios ya pactados, pero en 2010 el crecimiento del 1,1% de los sueldos y la subida de precios mas allá del 3% nos permitió recuperar en 2010 las pérdidas de empresas que se produjeron por la estabilización de los salarios», explicó Gómez en el desayuno informativo Nueva Economía Fórum.
Por una vez, y sin que sirva de precedente, coincidió con el ministro de Trabajo la Vicepresidenta económica, Elena Salgado. Sin embargo, fue más tibio en su reacción José Luis Rodriguez Zapatero quizás porque se encontraba en la misma rueda de prensa con la dirigente alemana. Zapatero se limitó a decir que ese asunto depende de la negociación colectiva que deben consensuar sindicatos y empresarios.
¿Qué ocurrirá finalmente? Sólo el tiempo lo dirá.