Hace diez años eran muy pocos los productores que se decantaban por los cultivos ecológicos en Euskadi y la superficie no superaba las 423 hectáreas.
Sin embargo, desde el año 2000 la evolución de este tipo de agricultura ha sido constante y el año pasado superaba ya las 1.400 hectáreas, un 251 por ciento más que hace diez años, según datos del Gobierno Vasco recogidos por Efe.
Un papel importante en la promoción de la agricultura ecológica lo juegan asociaciones como Bionekazaritza, que trabaja en el territorio de Álava. Su coordinadora, Nerea Idigoras, explica a Efe que desde el año 1993 -cuando se creó esta asociación- hasta hace poco, el interés por este tipo de cultivos ha ido en aumento y sobre todo, desde hace dos años, coincidiendo con la crisis económica.
Semanalmente reciben unas cincuenta consultas y detrás de ellas, hay muchas personas que se plantean la agricultura ecológica como una salida laboral después de sufrir el cierre de su empresa, indica Idigoras. «Ahora que la gente se está quedando sin trabajo se plantea volver a recuperar terrenos de sus padres» en desuso y darles un rendimiento a través de esta modalidad de agricultura. También se da el caso de personas que nunca han vivido en un pueblo y que se deciden a dar el salto de la ciudad a la huerta, agrega.
El interés por la agricultura ecológica no entiende de sexos ni de edad, y Álava, con 549 hectáreas, lidera la superficie dedicada a agricultura ecológica en el País Vasco. Le siguen Vizcaya con 516 hectáreas y Guipúzcoa con 420, según los últimos datos, de 2009.
Entre los nuevos productores de agricultura ecológica los hay que nunca habían pisado una huerta, como es el caso de muchos parados procedentes de otros sectores que ven una salida en el campo, y otros que huyen del ritmo la ciudad y optan por un modo de vida menos consumista y apegado a la tierra.
Es el caso de un alavés de 30 años, Ramón Roa, y de una alicantina de 24, Mónica García, que forman una joven pareja que después de vivir en Valencia unos años se ha instalado en Salcedo (Álava), la localidad natal de Roa, para poner en marcha un proyecto de agricultura ecológica con el que aspiran a vivir de manera sostenible, ser autosuficientes y vender a nivel local verdura de temporada.
Para ello, buscan personas interesadas en recibir semanalmente una cesta con productos de la huerta, sembrados y cosechados de manera ecológica por ellos mismos, sin productos químicos y con la maquinaria indispensable.
Roa, que es ingeniero agrícola, explica a Efe que en su caso no ha sido la crisis económica lo que le ha animado a volver al campo, pero reconoce que sí que hay mucha gente joven interesada en esta forma de vida y muchos lo ven como una alternativa laboral.
Este alavés recuerda que la agricultura ecológica es algo más que una fuente de ingresos pero considera positivo que este tipo de agricultura gane adeptos porque los sabores son incomparables y además se contribuye a mejorar el medio ambiente.
Además, esta joven pareja de agricultores se ha marcado como meta romper el mito de que este tipo de productos son muy caros y sólo están al alcance de unos pocos.
Al vender los productos de manera directa, sin intermediarios, los precios se ajustan y se abaratan, por tanto, cualquiera que esté interesado en comer de forma ecológica puede hacerlo, sostiene García.
El auge de la agricultura ecológica es un fenómeno que no sólo afecta a Álava sino al País Vasco en su conjunto y por extensión a España, que en 2008 fue el país europeo con mayor superficie dedicada a este tipo de cultivos (1,3 millones de hectáreas).