«En la medida en que el desempleo en EEUU se debe en parte a la existencia de un grupo estructuralmente desempleado, existen preocupaciones por la salud mental de los desempleados, de sus cónyuges y de sus familias», según dijo Maw-Der Foo, profesor de la Universidad de Colorado en Boulder.
Añadió que este estudio es importante para «darle un rostro humano a la experiencia del desempleo».
«En esencia, eso es lo que sucede en un cultura con devoción por la familia, el matrimonio, el trabajo y la imagen personal. Esas son cualidades comunes de muchas culturas», como los latinos y los chinos, indicó el profesor de la Escuela Leads de Negocios.
Foo, junto con el profesor Zhaoli Song, de la Universidad Nacional de Singapur, publicaron los resultados de su estudio en el número más reciente de la revista especializada Journal of Applied Psychology.
Según estos investigadores, las tensiones generadas en la vida diaria de las parejas casadas cuando un cónyuge trabaja y el otro no afectan no solamente a la relación de la pareja sino también al rendimiento laboral del cónyuge con empleo.
«Nuestros datos demuestran que las parejas casadas fácilmente transfieren las tensiones de uno a otro, pero no se ofrecen alivio uno a otro con la misma facilidad», comentó.
«Uno de los hallazgos fundamentales de este estudio es que las parejas saben cómo compartir problemas pero no siempre saben cómo buscar soluciones», declaró Foo.
«Si uno se siente mal en la casa, el efecto se sentirá en el trabajo, donde uno no podrá concentrarse. Nosotros iniciamos el estudio pensando que el apoyo matrimonial aliviaría las tensiones del desempleo, pero descubrimos que ese no es el caso», agregó.
Foo y sus colaboradores sugieren que las empresas deberían ofrecer servicios de consejería personal y laboral no solamente a sus empleados sino a toda la familia, especialmente si uno de los miembros de la familia carece de empleo, como una manera de reducir tensiones matrimoniales y mejorar el rendimiento laboral de la persona con trabajo.