Como muchos ciudadanos de este país, César y Alejandro buscaban trabajo. Vieron una oferta de la empresa de marketing hotelero Innwise y se inscribieron esperando conseguir el trabajo.
A las pocas horas recibieron un correo de la citada empresa. La sorpresa fue que se trataba de un correo interno, enviado por error a los interesados, en el que se especulaba sobre a cuál de los dos candidatos podía pagarse menos. El mensaje decía así:
“Los 2 que molan.
En 1 mañana fuera preocupaciones.
El primero que vimos he visto que es de Toledo. Tal vez cueste más traer al de toledo por 400 € que el pipiolín gratis. Yo pondría a lo mejor solamente 3 meses teniendo en cuenta esa situación. Intentaría gratis (o como mucho 200 euros media jornada) a Alejandro y 400 € a César”.
La historia la ha recogido El Huffington Post que ha hablado con Alejandro y César, atónicos y enfadados por lo ocurrido. El primero publicó el correo en cuestión en su cuenta de Twitter, preguntándose si en una empresa eres un becario o un pipiolín.
La oleada de respuestas reprochando el tratamiento dado a los candidatos, ha hecho que la empresa Innwise publique un comunicado pidiendo disculpas por unos comentarios que “no refleja en absoluto nuestra política de empresa ni la forma de proceder que tenemos” y añade que el “desafortunado comentario que se ha producido en el ámbito interno (..) en ningún caso ha pretendido ser peyorativo”.
Las disculpas fueron más allá, y los agraviados recibieron la llamada personal del director de negocio de la empresa, Jordi Estalella. La respuesta de Alejandro fue que se sentía afortunado por no haber caído en esa empresa, indignado porque se trate a los becarios de “pipiolines”.
Según Estalella, lo ocurrido es una comunicación interna entre dos chicos que han hecho un comentario muy lamentable y no tiene nada que ver con la cultura de la empresa. Innwise, ha precisado, cuenta con tres empleados en prácticas y una treintena con contrato indefinido y que todos cobran.
El directivo sale así al paso de la avalancha de comentarios e insultos que la empresa está recibiendo desde que Alejandro publicó su denuncia en Twitter. El autor del desafortunado correo no tiene competencias en Recursos Humanos y según Estalella ha puesto su cargo a disposición de la empresa. La dirección ha preferido dejar las cosas tal y como están y olvidarse de esta lamentable actuación.