Desde las interpretaciones más eufóricas del gobierno y sus medios afínes hasta las catastrofistas del bando contraria, nos encontramos una amalgama de datos incorrectos o falsos.
Es curioso que, por ejemplo, La Razón asegura hoy que ya hay 500.000 desempleados menos que cuando Mariano Rajoy llegó a la Moncloa mientras que el economista, José Carlos Díez, afirma que hay 300.000 españoles menos trabajando que cuando el líder popular ganó las elecciones. Está claro que uno de los dos datos es falso. ¿O quizás los dos lo sean? Efectivamente, así es, ni uno ni otro están en lo cierto.
La realidad es que según la EPA, el año 2011 terminó en diciembre con una cifra de trabajadores ocupados de 17.807.000 y en el segundo trimestre de 2015, esa misma encuesta nos dice que tenemos 17.886.500. Es decir, existen 79.000 españoles más trabajando que en esa fecha, algo que contradice las afirmaciones de Díez.
Si nos fijamos en el número de parados, a finales de 2011, cuando dejó de gobernar Rodríguez Zapatero, nos dejó con 5.273.600 desempleados mientras que ahora tenemos 5.149.000, esdecir unos 124.000 menos, muy lejos de los 500.000 que nos dice el diario de Francisco Marhuenda. En este caso, la explicación es que ellos toman como referencia la EPA del primer trimestre de 2012 pero es una pequeña triquiñuela.
¿Las estadísticas demuestran que tenemos trabajo más precario?
Obviamente, la precariedad en los puestos de trabajo se basa en varios factores. Por un lado, en la bajada de los salarios que es una realidad tanto para los que mantienen su empleo como para los que lo han perdido y pretenden volver al mercado laboral. Aunque en su momento el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, lo negase en sede parlamentaria, los informes de distintos organismo cifran en un 20% de media la reducción salarial en el país.
Otra cosa distinta es la temporalidad. Se dicen con frecuencia que ahora hay más trabajo temporal que antes de la crisis. Y si nos atenemos a la propia EPA, nos indica que en la actualidad el porcentaje de trabajadores temporales es del 25,09% mientras que por ejemplo, en el segundo trimestre de 2007, ese mismo porcentaje era del 31,85%.
Entonces muchos se preguntarán por qué tenemos la sensación de mayor inseguridad. Es muy sencillo. Antes de la crisis, ese casi 32 por ciento de españoles eventuales podían terminar un contrato un día y al siguiente, tener otro. Hoy no es tan fácil esa situación por la cifra de parados que tenemos.
Donde sí ha crecido algo la precariedad es en lo que se refiere a los contratos a tiempo parcial. En 2015, tenemos un porcentaje de contratos de ese tipo del 15,77% mientras que en 2007, era del 11,98%.
Como diría Ana Pastor, en el Objetivo de La Sexta, estos son los datos, los facilitados por el Instituto Nacional de Estadística. Habrá quienes los crean y quienes no. Pero esta es la realidad que nos dibujan más allá de las luchas políticas de unos y de otros por recoger un puñado de votos.
