No paro de sorprenderme, mantengo intacta esa capacidad porque me parece muy útil a la hora de valorar determinadas circunstancias que a otros les pueden parecer normales, tolerables incluso, pero no a mí. Me parece una tremenda casualidad que el Ministerio de Empleo tenga desajustes contables para pagar una ayuda de subsistencia que se cifra en 400 euros, destinada a aquellos que ya han acabado con la prestación o el subsidio por desempleo.
Esos desajustes presupuestarios bien podrían haber afectado al sueldo de Fátima Báñez, al de su personal de confianza, al de los cientos de diputados y senadores que se mantienen a cargo de nuestros impuestos, al de las subvenciones que reciben empresarios y sindicatos, etc. Pero no, tiene que afectar a uno de los colectivos más vulnerables de esta crisis, a todos esos que no pueden ahorrar para prevenir estas contingencias porque la ayuda les da para pagar las facturas y un poco de comida. Nada más.
En cualquier país serio, este tipo de “desajustes”, producto de la torpeza de alguien, terminarían con una dimisión de alguien. Por supuesto no me refiero a la ministra cuya tarea no debe ser encargarse de estas cuestiones tan cotidianas. Pero alguien debe responsabilizarse de ello en el ministerio. Ya sé que algunos se echaran las manos a la cabeza con mi opinión porque en un país en el que ningún político, o asesor de político, es responsable de nada, difícilmente podemos tomar medidas tran drásticas.
Pero seamos un poco más exigentes. Un descuido que provoca que cientos de miles de familias no tengan ni para comer ni para pagar las facturas debería ser algo muy serio, pero que muy serio. Eso si tuviéramos una clase política que verdaderamente pensase en los ciudadanos, que ejerciese eso que llamamos empatía. ¿Se habrá puesto Fátima Báñez en el pellejo de esas familias?
Eso por no contar que ayer el Ministerio daba por subsanado el problema y este mismo viernes aún muchos de nuestros lectores, beneficiarios del Plan prepara, nos aseguran que todavía el ingreso no está en sus cuentas bancarias. Esperemos que los responsables de Empleo no sean mentirosos con alevosía, además de descuidados a la hora de prevenir “desajustes” contables.
Se produce este problema justo cuando está en juego la renovación de este plan para los desempleados que en los próximos seis meses se queden sin prestación o subsidio por desempleo. Los socialistas, acompañados de los sindicatos, han impulsado una campaña para reclamar la prórroga de la ayuda de 400 euros.
Lo curioso es que esa campaña está provocando enorme confusión en algunas personas que actualmente ya reciben esa paga. Muchos de ellos confían en que la prórroga les va a permitir su cobro unos cuantos meses más. Y desde luego, esto no es así. La ayuda de 400 euros se percibe durante seis meses, y sólo seis meses. La prórroga del plan beneficiará a aquellos que entren en esa linea roja del final de lo que conocemos como “paro”.
Convendría que los autores de la campaña lo dejasen claro porque una media verdad es tan perniciosa o más que una mentira. Y además no pueden jugar con las ilusiones de miles de personas por sacar un puñado de votos que las encuestas luego no les otorgan.
Desde luego, hay que renovar este programa. No se puede dejar en la estacada a mucha gente. Incluso debería ampliarse a más colectivos y durante más tiempo aunque eso parezca ahora una utopía.
Espero que el PP no se ampare en que ese programa no está resultando eficaz en la inserción de los desempleados en el mercado laboral. El problema de la falta de eficacia no es la ayuda de los 400 euros sino la desastrosa política activa de empleo que desarrolla la administración y que es lo que deberían revisar. Lo que no se puede hacer es culpar a los que están sin trabajo de su situación, algo muy habitual en todos los que gobiernan, ya sean de un color o de otro.
Y es que ya se sabe, a perro flaco….
Javier Peña Director Portalparados.es
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